Campillo de Ranas
El pueblo se distingue a distancia de los demás de su entorno por lo esbelto de la torre parroquial en piedra de pizarra, con sillería esquinera de caliza blanca.
Una vez en la entrada del pueblo andaremos por un largo paseo con casas a ambos lados que nos llevará hacia la primera calle. Sobre la cual está ubicado el mirador de la fuente de las ranas, desde donde tendremos una fantástica vista del Picodel Ocejón. A la izquierda de dicha plaza, y por la calle que lleva al Ayuntamiento, podremos contemplar una placa de mármol blanco sobre el fondo oscuro de la pared de una de sus casas en la que se puede leer: "Cuantos te conocimos añoramos tu bondad. Gracias, Benita, por la hermosa lección de tu vida."
Benita fue una mujer sencilla del pueblo, una mujer que dedicó su vida al servicio y a la atención de quien necesitase ayuda, fuera propio o extraño.
Si continuamos caminando en dirección a la iglesia, nos encontraremos con los restos de la fachada de la que antiguamente fue la casa del cura, en la cual está el reloj de sol y ahora esta convertida en una bonita plaza con porche que se usa como corral de comedias. Y justo por encima de éste, se encuentra el juego de bolos, en el cual los vecinos compiten todos los años en las fiestas de la patrona " La Virgen de las Angustias."
La iglesia parroquial es un sencillo ejemplo de fábrica de Pizarra, cuyas lajas se entremezclan con cierta rural estética a las piedras calizas de diversos tonos en la torre de varios cuerpos que se orienta poniente. La portada principal, a mediodía, es de muy sencilla traza, lo mismo que el interior, carente de datos artísticos.
A espaldas de la iglesia se encuentra la plaza de las escuelas, en donde se encuentra el Colegio Rural Agrupado reabierto en 2006, y poco después encontramos "Las eras" lugar que antaño los vecinos utilizaban para trillar, desde allí se pueden contemplar las crestas montunas de Cabeza de Ranas.
Algo de lo que están orgullosos en Campillo de Ranas es del "Roble Hueco", del cual se desconoce su edad, ya que los mas viejos del lugar lo recuerdan de cuando eran niños tal como esta en la actualidad.
Si vamos por la calle que sale a la izquierda del roble y que cruza la urbanización, cogeremos un camino que nos llevará hasta la presa en la cual en verano se puede disfrutar de un placentero baño.
En los años en los que hay abundancia de agua, una excursión bonita es ir a ver la cascada del Aljibe.